lunes, 3 de agosto de 2009

Derechos Humanos Y Salud

Comúnmente los derechos humanos se definen como atributos inherentes a la persona y su fundamento está el convencimiento de que todos los seres humanos deben disfrutar de una vida en la que se respete y proteja su dignidad.

Aunque los derechos humanos constituyen una relación entre los individuos y los Estados, y éste es el garante de su respeto y cumplimiento, todos los miembros de la sociedad comparten la responsabilidad de su realización.

Colombia, como la mayoría de los países incorpora en su Constitución los principios fundamentales de los instrumentos internacionales de derechos humanos y contempla además los mecanismos para hacerlos efectivos.

Los derechos son interactivos, en cuanto cada derecho depende en mayor o menor grado del cumplimiento de otros derechos, y no es aceptable que el estado se dispense de la promoción y protección de algunos derechos, por la promoción y protección de otros.

La vigencia de los derechos humanos en el contexto de la atención en salud representa un reto especial, asumido por Profamilia en los campos específicos de la sexualidad y de la reproducción.

La protección y promoción de los derechos relacionados con la salud sexual y reproductiva ha ganado impulso en los últimos años, debido en gran parte a que han sido abordados como temas en la Conferencias Internacionales de Naciones Unidas, sobre Derechos Humanos (Viena 1993), Población y Desarrollo (Cairo 1994) y de la Mujer (Beijing 1995). Las dos últimas conferencias contribuyeron al reconocimiento de que la protección de la salud sexual y reproductiva es un asunto de justicia social y que la realización de la salud puede ser lograda a través del mejoramiento de la aplicación de los derechos humanos.

Los derechos humanos que contribuyen a la salud sexual y reproductiva pueden ser agrupados alrededor de intereses relacionados con:

La vida, la supervivencia, la seguridad y la sexualidad. A través de estos derechos se puede exigir al Estado la eliminación de las barreras para acceder a los servicios básicos necesarios para una buena salud sexual y reproductiva.
La autodeterminación reproductiva y la libre opción a la maternidad, relacionada con el derecho a tener o tener hijos, el número y el espaciamiento de los mismos, el derecho a la vida privada y familiar, el derecho a casarse y a fundar una familia y los derechos que exigen la protección de la maternidad.
La salud y los beneficios del progreso científico, para contar con servicios accesibles que satisfagan las necesidades dentro de los mejores estándares de calidad.
La no discriminación y el debido respeto por las diferencias.
La información y la educación que permitan la toma de decisiones después un proceso de elección suficientemente informada.


Estos son los llamados Derechos Sexuales y Reproductivos, que son parte de los Derechos Humanos y su finalidad es que todas las personas puedan vivir libres de discriminación, riesgos, amenazas, coerción y violencia en el ejercicio de su sexualidad y en sus decisiones sobre la reproducción.

En otras palabras, son los mismos derechos humanos interpretados desde la sexualidad y desde la reproducción.

De acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud (1946) la salud se entiende como el completo estado de bienestar físico, mental y social de una persona, no la mera ausencia de enfermedades. Por esto una sexualidad sana supone:


La suficiente información acerca de los órganos reproductivos, sus funciones y procesos y de las respuestas sexuales
La aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva y la posibilidad de regularla de conformidad con una ética personal y social, que se base en el respeto de la dignidad humana y los derechos de los demás
La ausencia de miedo, vergüenza, culpabilidad y prejuicios que inhiban la reacción sexual, impidiendo la plenitud del placer.
La ausencia de trastornos orgánicos, de enfermedades y deficiencias que entorpezcan la actividad sexual y reproductiva


La anticoncepción moderna ha permitido a las personas y a las parejas ejercer la sexualidad desligada de la reproducción. Materializan la posibilidad de que la paternidad y la maternidad sean una opción y no una imposición o una casualidad.

Son los derechos sexuales y reproductivos los que garantizan la salud sexual y reproductiva, pues su reconocimiento y respeto contribuye a que las mujeres, los niños y las niñas no sean sometidas a:


Relaciones sexuales no deseadas, que conllevan a embarazos e hijos no deseados.
Ni a violencia física, psicológica y sexual, incluida la violación, el abuso conyugal, el incesto y el acoso, en el espacio público y privado, que se recrudecen en situaciones de conflicto armado, en los cuales el abuso es un arma de guerra.
Ni sufran discriminación y violencia por causa de la orientación sexual.
Ni estén expuestas a infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH y el Sida.


Los derechos humanos el marco ético de los servicios de salud, pues señalan tanto las aspiraciones como los límites que enmarcar su prestación.

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